La definición del diccionario nos dice de vanguardia. (Del ant. avanguardia, y este de aván, por avante, y guardia). f. Parte de una

fuerza armada, que va delante del cuerpo principal. || 2. Avanzada de un grupo o movimiento ideológico, político, literario, artístico, etc. || a, o a la, o en, ~. locs. advs. En primera posición, en el punto más avanzado, adelantado a los demás. Ir a la vanguardia. Estar en vanguardia.

Como vemos, ir a la vanguardia es estar un paso mas adelante que lo ya existente, hecho o creado, y para ello se apelan a todo tipo de recursos en cuanto al arte se refiere.

Desde hace un tiempo, con lo que se da a llamar arte moderno, importa mas la novedad que la calidad de la realización técnica.
Todo elemento, objeto o acción que sirva de quiebre para desplazar lo ya existente, es utilizado de manera indiscriminada por los artistas, haciendo peligrar tanta tradición histórica teórica y técnica por la que ha transitado el arte hasta el presente.

Parecería que lo novedoso es lo mejor. Algo nunca visto puede resultar sorprendente y causar impacto pero a la vez, no trascender mas allá del primer momento, efímero por cierto en donde causo el impacto. Luego puede volverse absurdo y hasta peligrosamente intolerable para los sentidos.

“...contrario a la vista es todo aquello que dilata demasiado los nervios ópticos...” dijo Antonio –Rafael Mengs, un maravilloso artista neo clásico.

Es por esto, que los vanguardistas, serán aquellos que estén primeros, que sean los pioneros de las nuevas ideas, mezclando lo novedoso, con el talento, pero sin olvidar la calidad y la realización técnica, unida al mensaje que transmite la propia esencia del artista.

Los vanguardistas, lo siguen siendo con el paso del tiempo, como los grandes Genios del arte, Rafael, Leonardo.
Podríamos considerar que este nuevo arte moderno, no es agradable, es in entendible, e incluso agresivo contra los sentidos, y que le hace mal al arte. En realidad, que es una porquería.

Tengamos en cuenta que aquello que es considerado como maligno, tiene su sustento en la perdida de la razón de los valores.

La perdida de la razón, conlleva a la locura, a la enfermedad misma que evoca a la miseria intelectual, al desvanecimiento del talento, representado como un músculo que se desarrolla mediante el ejercicio que de lo contrario, se atrofia.

Por esto, es necesario que ocurra y que coexista con el arte tradicional pero como espectadores y consumidores, voluntaria o involuntariamente, no debemos caer en la aceptación masiva y mediática que los medios de comunicación promueven.

Debemos ser conscientes que si la obra no nos gusta, es así de simple, y no por el solo hecho de que sea de un artista súper promocionado, considerar que es de calidad.
Rescatemos de la obra, lo que a nosotros nos interese, y tanto como espectadores o hacedores de arte, seamos fieles a nuestros sentidos, la creatividad, la esencia, y la imaginación.

Pero la imaginación debe ir acompañada de la técnica y la voluntad para el buen hacer, porque sino queda en la idea desmaterializada y etérea que se desvanece en el querer hacer y no hacerlo.

El Verdadero creador, mantendrá el nivel de calidad, la cual es perseguida mediante los sentidos bien educados, que a su vez están conectados al cerebro que los transforma mentalmente en arte.

Por consiguiente, el arte es mental, es el resultado de la experimentación, de la evolución de la técnica dando como resultado, la calidad a través del tiempo y de la representación de la esencia del propio artista.

Es por esto que considerar si el arte Moderno es estar a la vanguardia o una verdadera porquería, queda solo a criterio nuestro y sometido a nuestra propia idiosincrasia, a nuestra educación y a las leyes culturales propias que rigen nuestra esencia y sensibilidad artística.